Puntos Fuertes Personales. Cómo Identificarlos

Con frecuencia me he encontrado con personas que me han indicado con angustia e inseguridad que no saben cuáles son sus metas ni hacia dónde dirigirse en la vida. Siempre les respondo lo mismo:

En esa materia, nadie debe decidir por ti…

Y es que, esta es una cuestión trascendental para cualquier ser humano. Para ayudarles a clarificarla, les pido que pongan sobre sobre la mesa su visión del mundo, sus creencias y sus valores por una parte, y  por otra su talento y puntos fuertes personales, para conocerlas y potenciarlas.
Cuando alguien descubre su talento y fortalezas, le es mucho más sencillo decidir hacia donde se quiere orientar.  Recordaras que Mark Twain ya decía aquello de:

“-Los dos días más importantes de tu vida son el día en que naciste y el día en que descubriste para que…”

Lo cierto, es que llegado este momento, en ocasiones, el proceso lejos de simplificarse, se complica algo más cuando solicito a la persona, que realice un inventario de sus fortalezas….- ¿mis puntos fuertes personales? —¿Que cuales son mis fortalezas…pues ahora no se, me pillas en frío… Esto es bastante habitual. Parece que estemos programados para detectar solo nuestros defectos y cosas negativas, cuando hay infinidad de cosas en las que destacamos,  de las que podemos sentirnos orgullosos y que además realizamos a casi a diario.              

Cuando después de un rato no he conseguido obtener ninguna información relevante,  para romper el bloqueo utilizo el storytelling y les cuento mi propia vivencia a modo de ejemplo, cuando hace unos años hice un ejercicio parecido al que ahora les pido y me encontré con la misma dificultad.

En mi caso, nunca antes me había detenido a pensar con el rigor necesario, cuáles eran mis puntos fuertes personales, las habilidades y  talentos en los que destaco, esas características que mejor me definen y diferencian y aquellas que me han ayudado a alcanzar mis mejores logros, tanto a nivel personal, como profesional.

Pasados ya los cuarenta, en el ecuador de mi vida, sí que pensaba que conocía muy bien mis puntos débiles y sin embargo, aunque las intuía, no me veía capaz de concretar cuales podían ser mis verdaderas fortalezas.     Me di cuenta de que necesitaba ahondar más en este asunto. Precisaba saber qué es  lo que mi entorno  próximo, valora más de mí.                                                                                                                        

De pronto, descubrí que necesitaba conocer mi verdadera misión, la que ayudase a dar mayor contenido a mi existencia, aportando coherencia a mi quehacer cotidiano y me permitiese estar en sintonía con las cosas que me hacen sentirme bien, y poder llegar a disfrutar de una vida plena en todos los sentidos.

Me embarqué para ello, en un viaje interior que me permitió percibir de forma pausada las respuestas que afloraron desde mi propia conciencia.

Comencé por preguntarme:

  • -¿Qué es lo que me hace feliz?
  • -¿Qué es lo que da mayor sentido a mi vida?
  • -¿Cuáles son las actividades  con las que siento que pierdo la noción del tiempo, o aquello de lo que estaría horas hablando sin parar, porque me apasiona?
  • -¿Cuáles son las cosas que seguiría haciendo, aunque no percibiese un salario por ello?                                                                          
  • -¿Cuáles son las cosas por las que la gente suele elogiarme a menudo?                                                                                          
  • -¿Qué es aquello con lo que realmente me siento pleno de pasión y alegría?                                                                
  • -¿Qué es realmente trascendental  y valioso para mí?                                                                                                      
  • -¿De qué cosas me lamentaría al final de mi vida, por no haberlas intentado?

Después de esta profunda reflexión, descubrí comportamientos y valores que eran naturales en mi persona, y de los cuales apenas me había percatado pese a su relevancia.

Para ampliar mi perspectiva, lo primero que hice fue hacer diversos test sobre inteligencias múltiples de Gardner. Descubrí había 3 tipos de inteligencia dominante en mi persona, inteligencia lingüística, inteligencia interpersonal e inteligencia intrapersonal. 

Posteriormente decidí cumplimentar la famosa lista de los 34 talentos, del Instituto Gallup. Presenta una relación de las 34 aptitudes que en mayor o menor medida se dan en las personas. Presté especial atención a cada una de las definiciones, anoté las puntuaciones y  finalmente, seleccioné las 5 en que alcancé un mayor escalado.                                                                                                                                            A continuación, y para complementar y contrastar, realicé la encuesta de Via Institute on Character, que detecta y ordena las 24 principales fortalezas en la persona.

Con toda la información recogida hasta ese momento, elaboré una primera lista de puntos fuertes.  Sin embargo no me convencía. No estaba seguro de si estaban todos, o si tal vez había sido generoso en exceso, anotando talentos que no concurrían en mi caso.

Como no encontraba una respuesta completamente certera por mí mismo, decidí recurrir a las personas cercanas de mi entorno, colegas del trabajo, amigos y familiares, aquellos que me conocen muy bien y cuya opinión iba a respetar y valorar, sin cuestionarla.

Un vez superadas mis dudas iniciales sobre como recabar esta valiosa información, preparé un escrito en el que solicitaba a 20 de estas personas el que me indicasen, según su punto de vista cuales eran mis talentos y fortalezas naturales, y se lo envié vía e-mail.

De esta forma, podría dar respuesta a alguna de las dudas que me asaltaban, como, ¿tendré algún talento oculto, que todos ven y sin embargo yo no he identificado? o ¿tengo alguna fortaleza de la que sólo yo soy consciente?

A medida que iba recibiendo sus respuestas, no dejaba de sorprenderme el que la mayoría de estas, se repetían y contenían, aunque en ocasiones expresadas de manera diferente, las mismas particularidades a la hora de definir mis fortalezas.

En ese momento, ya pude elaborar con total solvencia una lista con mis principales fortalezas y talentos. Esto es lo que veían en mí:

  • -Emanas confianza, sinceridad y transmites seguridad a los que te rodean.                                                                   
  • -Gran sentido de la responsabilidad. No te asusta el asumir retos y llevarlos a cabo.                                                     
  • -Excelente capacidad de escucha y empatía. Las personas con las que tratas se consideran escuchadas y comprendidas, se sienten bien contigo y se dejan aconsejar y ayudar 
  • -Facilidad para trabajar en equipo. Sabes mantener la calma aún en situaciones límite. Eres transmisor de enseñanzas y das ejemplo. Escuchas siempre a todas las partes, entendiendo la esencia del problema y poniéndome en la situación del otro.
  •  -Tienes buenas habilidades dialécticas cuando te expresas de forma oral. Por escrito, reflejas la intensidad y lucidez que imprimes a lo que haces. 
  • -Construyes relaciones positivas con mucha facilidad. Eres una persona accesible, amable y muy afectiva. Empatizas bien y tienes un atractivo natural para las relaciones. Es muy fácil entablar dialogo contigo y tienes respuestas para todo.

Después de poner a mi ego por encima de las nubes, era el momento de poner “pedes in terra” de nuevo. Una vez conocido aquello en lo que destaco, y sabiendo lo que aporto a los demás, era más fácil replantearme con qué quería contribuir a mejorar a mi entorno laboral y mis relaciones personales, y basándome en mis fortalezas conseguir una mayor realización como ser humano.

Aristóteles  acuñó el término Eudaimonía o plenitud del ser. Según Aristóteles,(Ética a Nicómaco) algunas personas creen alcanzar la felicidad con riquezas, o con honores y fama, mientras que otras creen obtenerla por placer. Concluye diciendo que no se alcanza la felicidad mediante ninguno de los cuatro caminos mencionados, sino mediante la práctica de la virtud. Esa virtud es la que  yo interpreto como dar lo mejor de mí, en aquellos aspectos en los que destaco especialmente, y en los que más disfruto.

Como psicólogo y como coach, necesariamente he tenido que recorrer el camino que me ha llevado a identificar mis puntos fuertes personales, para poder ayudar a otros posteriormente a hacer lo mismo y que alcancen su máximo potencial.                                                                                                                                             Debo aportar una combinación sin igual de intrepidez, determinación, humildad y capacidad de escucha que me permita crear relaciones de auténtico empoderamiento con las personas que se dirigen a mí. He de mostrar comportamientos, aptitudes y maneras de ser, armonizadas y auténticas, prestando una juiciosa atención a la calidad de mí hacer.

El conocimiento de mis fortalezas y habilidades facilita el desarrollo de mi ser, de forma que también mejora la calidad de mi hacer

Sin embargo me resulta imposible  ofrecer nociones sobre como “ser”, de la misma forma en que las impartiría sobre como “hacer”

La mejora de mi hacer la he adquirido a través de la experiencia ó de la formación,  mediante la asimilación de conocimientos prácticos y teóricos

En cuanto a la mejora de mi ser, preciso continuar cada día el viaje a mi interior, a mis raíces personales  fundamentales, hasta llegar a tomar consciencia de cómo percibo el mundo, organizo mis opciones y comprendo las razones que me llevan a actuar, alimentando los principios y valores que rigen y fundamentan mi vida.

Para ayudarme  y potenciar mi desarrollo personal, he ido incorporando actividades como la meditación, la lectura, la escritura como en este caso, escuchar música ó conectarme con la naturaleza, no para evadirme, más bien para tener presente mis propósitos trascendentales y a permanecer sólidamente conectado con la realidad. He aprendido a desarrollar un sentido de  auto-benevolencia, y cuando cometo algún error llegar a perdonarme a mí mismo. Intento ser original, escuchar a todo el mundo, pero manteniendo un pensamiento independiente, reflexiono sobre mis acciones, tengo una constante inquietud por la adquisición de conocimiento, y poseo la humildad suficiente para aprender y aprehender de aquellos que saben más.

Con todo ello, estoy aprendiendo a ofrecer mí mejor yo, estoy aprendiendo a desplegarme…

“Quiero desplegarme.  
No quedar torcido en ninguna parte,
porque donde me tuercen, me falsean.
Y quiero mi mente
veraz ante ti…”

~ Rainer M.von Rilke  “Estoy demasiado solo en el mundo, pero no lo bastante solo”

Espero y deseo que esta humilde experiencia que te acabo de relatar y compartir, al igual que antes a otras personas, te pueda orientar y servir de guía para que identifiques y potencies también tus puntos fuertes personales y los pongas al servicio de tu felicidad como ser humano.

jose miguel hernandez

 
 
 
José Miguel Hernández
Líder Coach y Coach Ejecutivo